Mezcla la levadura seca con el azúcar en el agua tibia. Deja reposar por 5 minutos hasta que haga espuma.
Coloca la harina, la sal y las hierbas secas en un tazón grande. Agrega el agua con levadura y un buen chorro de aceite de oliva. Amasa todo por unos minutos hasta obtener una masa suave. Forma una bola, cúbrela y déjala reposar por 2 horas.
Mientras tanto, lava y seca las moras y la albahaca. Pica finamente la albahaca. Si deseas usar cebolla, pélala y córtala en aros finos. Reserva todo.
Precalienta el horno a 250 °C (calor arriba/abajo) y deja que una bandeja para pizza o una piedra para pizza se precaliente adentro.
Extiende la masa finamente sobre una superficie de trabajo enharinada y colócala sobre papel para hornear.
Distribuye la ricota uniformemente sobre la masa. Cúbrela con moras, albahaca y queso parmesano. Sazona con sal, pimienta y rocía con miel.
Hornea la pizza durante 8 a 10 minutos en el horno caliente, hasta que el borde esté dorado.